En 1979 un grupo de Damas Vicentinas solicitaron el apoyo a la Congregación para que atendiera un asilo de ancianos, las hermanas que lo recibieron pronto le dieron mayor vitalidad, comenzó a funcionar como dispensario y luego un pequeño hospital que atendía a la población mas marginada. En esta cir- cunstancia la Congregación recibe las gracias de quien nos solicitó y por lo tanto, hay que salir.

Otra etapa comienza, se quiere continuar con el hospital si es la voluntad de Dios. Provisionalmente se traslada a un edifcio donde permanece varios años, hasta 1996 en que se ocupa lo que actualmente es el Hospitalito de Fátima, una construcción moderna, que permita a los pacientes pobres, tener cierta como- didad a pesar de sus enfermedades.